Vivimos en un mundo en constante movimiento, esto hace que cada día las personas estén atentas a un sin numero de actividades, que muchas veces nos enredan y el tiempo no alcanza para alimentar la vida interior.
Los problemas que afligen la humanidad tienen muy diversas causas y para enfrentarlos requieren demasiada actividad emocional y psíquica. En casi todos los problemas y enfermedades cotidianas se puede encontrar que tienen su origen en:
Miedos,
Preocupaciones,
Obsesiones,
Estrés emocional,
Pensamientos nocivos,
Fármacos tóxicos,
Exceso del consumo de alcohol,
Excesos en la alimentación,
Falta de actividad física,
Insuficiente reposo y relajación,
Exceso de actividades emocionales,
Regocijo en exceso,
Excesiva y profunda tristeza, etc.
Muchas veces se toman estas situaciones como elementos normales de la vida diaria sin ni siquiera imaginar el efecto nocivo que ello esta produciendo en el continuo accionar.
A pesar de que nuestro cuerpo es bello, sensible, fuerte, elástico, perceptivo, versátil, adaptable, en muy pocas ocasiones nos detenemos a pensar y a considerar los complejos y refinados sistemas que lo mantienen en funcionamiento.
Desafortunadamente solo cuando aparece la enfermedad y el dolor, empezamos a tomar un poco de conciencia y a valorar lo que es la salud y la maravillosa obra de la creación de la cual somos testimonio.
